En un presente que constantemente recompensa con atención a lo nuevo, no hay nada más valioso que la continuidad, la constancia y la consistencia. No porque sean valores que salgan naturalmente, al contrario: son tan difíciles de lograr, que sólo aquellos proyectos con base sustancial fuerte pueden hacerlo.
El festival de cine ambiental porteño, Green Film Fest, es uno de los contados proyectos ‘verdes’ que nació en la oleada de ambientalismo moderno más reciente y que vivió para contarla (otro que comentamos anteriormente es Cúbreme). Recuerdo que cuando distintos contactos me comentaron que ‘una chica’ estaba planificando un festival de cine verde por 2008-2009, pensé -aún queriendo que fuera posible- lo difícil que era que funcionara. Con gran esfuerzo de su equipo funcionó, y este año el festival llega a su quinta edición.
Son cinco años de traer films que no tienen difusión comercial en el circuito local, películas que nos ponen en un lugar tan incómodo como inspirador. Porque cuando se hacen visibles los problemas de ciertos sistemas que utilizamos en nuestra vida diaria, cuando se materializa -por ejemplo- la forma en que lo que decidimos comer apoya o rechaza un modelo de producción o la forma en que elegir un medio de transporte es apoyar o rechazar un modelo de planificación urbana, esa realidad y nuestro rol en ella son tan claros que es imposible dejar de verlos.
Ale Cordes, directora de Green Tara Producciones y fundadora del festival, hace un balance de estos cinco años. Además, una guía para elegir qué ver en el Green Film Fest.
BA Inspiration (BAI): ¡Quinto aniversario! ¿cuál es tu balance del camino recorrido con el Green Film Fest?
Alejandra Cordes (AC): Es un sueño cumplido, aunque queda mucho por hacer. Hace cinco años tuvimos la idea de usar el cine como medio para generar conciencia ambiental, porque sabíamos que había un público para este tipo de films pero que las películas no llegaban al país porque no eran un negocio para la industria del cine. Nos animamos a pensar un formato de festival en un cine comercial para llegar a un público más amplio, y con mucho esfuerzo y el apoyo del cine, de las fundaciones, y el aporte económico de las empresas que se jugaron, lanzamos la primera edición. Si logramos que al menos un grupo reducido de personas tome conciencia luego de ver estas películas, nos sentimos realizados. A nivel local fue exponencial el crecimiento de fundaciones y de pequeñas empresas vinculadas a la temática: esto debería darnos la pauta que de que algo está cambiando. También percibimos de las empresas más compromiso: en 2009 no existía el ‘área de sustentabilidad’ de una empresa local, ahora es cada vez más común.
BAI: ¿Qué evolución viste en el área del cine ‘verde’?
AC: Nuestra idea siempre fue traer películas que mostraran alternativas para mejorar la situación, no hacer tanto foco en la denuncia. Estamos convencidos de que el cambio se genera desde el impacto positivo. Y me animo a decir que el material de producción también fue evolucionando hacia transferir la responsabilidad al ciudadano y romper con el paradigma de la empresa culpable: se busca un cambio de hábitos de las personas, que a su vez son las que dirigen las empresas.
BAI: ¿Qué respuesta sentís del público? ¿cómo va cambiando la respuesta año a año?
AC: Creo que logramos posicionar el festival y garantizar que el contenido fuera bueno, pero el interés en cada película depende de los gustos de cada persona. Nos damos cuenta de que tenemos un público fiel que espera el festival y se ve todos los films. El desafío sigue siendo ampliar ese público y llegar a la gente que todavía no está tan atenta. Creo que en Buenos Aires las acciones del gobierno de la ciudad en torno a la movilidad sustentable y a la separación de residuos en origen están dando buenos resultados. También los emprendimientos sustentables le están dando opciones a un público que está esperando soluciones para su vida cotidiana. Espero que el festival y otras iniciativas colaboren en toda esta toma de conciencia colectiva que percibimos.
BAI: ¿Cómo se viene la edición de este año? ¿cuáles son los imperdibles? ¿qué novedades hay?
AC: Para celebrar los cinco años tenemos una programación increíble de 16 películas: hay títulos muy fuertes como Mediterrane, de Yann Arthus Bertrand; Big Men, con producción ejecutiva de Brad Pitt; Revolution, Damnation y Watermark. Otras más específicas como In organic we trust, de alimentación; Tiny, de arquitectura; o Terra Blight, de reciclado y basura.
BAI: Si las limitaciones de tiempo y dinero no fueran un tema, ¿a dónde te gustaría ver llegar al festival?
AC: Si el tiempo y dinero no fueran una limitación, ¡no tendríamos otra limitación! Tenemos la idea de llegar al resto del país y de Latinoamérica, no es fácil pero de a poco lo estamos logrando. Este año estuvimos nuevamente en Villa Meliquina (Provincia de Neuquén), en el Ecocentro de Puerto Madryn (Provincia de Chubut) y realizamos proyecciones en muchísimas ciudades del interior. El paso siguiente sería llegar a los países vecinos.
Los films elegidos de BAI
Más películas de la grilla
El Green Film Fest arranca este jueves 28 de agosto y dura hasta el martes 3 de septiembre en el Cinemark de Palermo. Entradas online a través del sitio de Cinemark (entradas individuales AR$ 50, pack de diez entradas AR$ 450).