Una tarde en el Teatro Colón


Detalle del techo del Salón Dorado. Foto.

Imágenes: Paula Alvarado.

Ayer por la tarde visité por primera vez en mi vida el Teatro Colón, y qué acertado haberlo hecho cuando el teatro se encuentra en el estado en el que está en este momento.

Uno puede estar o no de acuerdo con aquellos que lo construyeron, con si era o no importante invertir dinero en restaurarlo, puede estar a favor o en contra de la administración actual -que fue la que organizó la visita-, o más preocupado por los problemas gremiales que por el edificio. No me voy a poner a discutir nada de eso.

Lo que me quedó dando vueltas en la cabeza después de la visita fue un profundo respeto por el nivel de artesanía y oficio que se nota en cada milímetro de cada butaca restaurada, por la calidad de los materiales que se utilizaron, y por la imponente apariencia general del lugar. Un respeto que también es nostalgia por lo artificial y plástico de todo lo que nos rodea actualmente.

¿De qué hablo? De que las butacas fueron restauradas con terciopelo de lana, que casi no existe más porque fue reemplazado por el sintético. Que las mismas fueron rellenas con paja para respetar todo lo que pudiera afectar la acústica del lugar.

Ya sea asistiendo a ver una obra o concierto, o realizando una visita guiada, vale la pena ver esta obra que cuesta creer que existe en Buenos Aires.

Justamente en algunos días se inaugura la temporada 2011 con una ópera de la que pude ver la escenografía y que suena más que interesante: Le Grand Macabre, de György Ligeti con puesta de La Fura dels Baus.

De ópera sé poco y nada, pero la única vez que vi una, en Viena, fue una experiencia emocionante. A veces existen prejuicios con que la ópera es aburrida o para entendidos, y puede que los aspectos técnicos o líricos de las mismas así lo sean. Pero para mí fue ver una historia donde las emociones se transmitían por medio del tono de la música y fue maravilloso. Lamentablemente no estaré en Buenos Aires en las fechas que se llevarán a cabo las cinco funciones de esa ópera, pero espero poder ir más adelante.

Les dejo unas imágenes de la visita al teatro abajo.

Links:
TeatroColon.org.ar


10 responses to “Una tarde en el Teatro Colón”

  1. El nivel de vanalidad y superficialidad de tu crónica es realmente apabullante. Tu descripción entre azorada e ingenua, casi naife, alcanza su pico de asombro (permítaseme la redundancia) en este pasaje tan poco feliz: “Que no se ven equipos horribles de aire acondicionado en ningún lado, que no se ven cables y enchufes. Detalles que denotan calidad y que es difícil ver en cualquier lugar hoy.”.

    Desentenderse de cuetiones presupuestarias y de gestión, de condiciones de trabajo, o simplemente del hecho de que el piso del escenario del teatro haya sido rematado en un evento privado para ser reemplazado por otro de muchísima menor calidad y que genera (actualmente) lesiones y conflicots en los bailarines del elenco estable, es una prueba más de lo vanal y superflua de tu crónica.

    Enhorabuena que haya sido tu primera vez en ese teatro. Y que hayas quedado impresionada por detalles tan relevantes como la pana de las butacas. Lamentablemente para poder entender con mayor amplitud la situación del Teatro Colón, se necesita una mirada apenas mas profunda y analítica que la de una simple Cecilia Zuberbüler fascinada con el brillo de la ópera.

    Saludos,

    Mateo.

  2. Mateo: Quizás si hubieras tenido una lectura menos prejuiciosa podrías haber entendido que al decir que no iba a hablar de problemas sindicales o de la gestión, de ninguna manera quería decir que estos temas no fueran importantes sino que no tengo el conocimiento para hablar del tema y por eso no iba a meterme en eso, tampoco es el fin del blog. Y quizá si te hubieras abstraido un poco, podrías haber percibido que al hablar de la calidad no me refería a su pertinencia, no tengo idea de cómo funciona un ballet como para poder hacer un juicio de valor sobre el piso, solo estaba expresando cierta nostalgia por los oficios y el trabajo artesanal en general.

    La intención de esto jamás fue “entender la situación del teatro Colón”, ni tener una mirada “profunda y analítica”, no sé de dónde pudiste haber sacado esa impresión. Esto no es un blog periodístico ni de investigación sino personal y de inspiración, creo que eso es muy claro, así que no entiendo de dónde viene tu enojo.

    Afortunadamente no tengo ningún conflicto con mi ingenuidad.

    Te mando saludos

  3. Paula, no puedo estar más de acuerdo con Mateo. No se cuántos años tenés pero a mí que tengo sólo 33 tu crónica me resulta escrita por alguien recién salido del secundario en la Escuela del Sol, plagada de buenas intenciones pero embocando muyyy fuera del tarro. Es lindo lo que decís, tu transferencia emocional, pero la verdad, te falta un poco de Teatro Colón transitado y eso se hace evidente. Te dejo una nota que salió en el diario, que habla un poco más en profundidad de lo que vos no llegás a hablar en tu nota, que nada tiene que ver tampoco con gremios ni sindicatos, sino con las butacas, las alfombras y las paredes de los pasillos del Colón, con cuánto negociado hubo detrás de esa reforma, cuánto robó tu ignorantísimo actual Jefe de Gobierno y cómo pintó incluso pasillos enteros de color “amarillo PRO”, pasillos que eran del color original. Nota, que -por otro lado- tampoco se funda en motivos políticos, ya que sale de un diario anti-kirchnerista y parte de un intelectual macrista. Investigá un poco y vas a darte cuenta que la visita a la que tuviste la suerte de asistir fue organizada por el Gob. de la Ciudad para predicar sus logros, la mayoría de los cuales -si consultás a las fuentes- son haber tirado por la borda ese “trabajo artesanal” que vos querés reivindicar, arruinando el teatro con su ignorancia y su impunidad.

    http://www.lanacion.com.ar/1391511-el-desastre-del-teatro-colon-y-el-estado-de-las-antig%C3%BCedades

    Saludos!

    • Karen,

      En mi post está aclarado que la visita fue organizada por el Gobierno de la Ciudad, siempre supe eso y nunca quise esconderlo. Gracias por la nota que enviás, la voy a leer, pero aclaro de nuevo, por si no es evidente, que este es un blog de impresiones personales y no de investigación periodística. Igual recibo tu comentario más positivamente que el de Mateo porque al menos lo escribís sin agresiones innecesarias, aunque sí con un poco de sarcasmo. Todo bien.

      Saludos!

  4. Karen y Mateo: Yo también soy de los que más preocupado estuvo con el tema restauración/saqueo del Teatro Colón, como así dolido por las terribles gestiones de la nefasta dupla Garcia-Caffi/Macri, sobre todo porque colegas (artistas de trayectoria) que aprecio fueron desplazados. Pero son ustedes cargados de un más que entendible resentimiento los que no se dan cuenta que esto no es una nota informativa, ni un artículo periodístico, sino una publicación voluntariosa y que demuestra placer para con uno de los patrimonios arquitectónicos de la ciudad. Si como artistas o técnicos pretendemos que la ciudadania se interese por el Teatro Colón, primero también hay que hacer que se interesen por el edificio del Teatro mismo, y por lo que es el Teatro en sí mismo: la actividad artística que alli se realiza. Si no logramos que la población, primero, se interese en el producto artístico, mucho menos vamos lograr que se interesen en los conflictos (gravísimos por cierto) que sufren sus cuerpos artísticos y técnicos.
    Aunque no conozco a Paula Alcarado, la autora de este blog que espero siga desarrollándose, siento que debo salir en su defensa (aunque con sus palabras demuestra que no lo necesita). Con la actitud burlona de ustedes, lo que logran no es precisamente simpatía, y es lo primero que necesitan de quienes son ajenos a los asuntos internos de la institución.
    Un saludo de un colega del Teatro Argentino de La Plata.

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