Así como los turistas muchas veces saben más de la ciudad propia que uno, también los colegas bloggers o periodistas muchas veces escriben más de los amigos propios que uno. Supongo que al estar siempre alrededor, sus proyectos se conocen tan de cerca que se mezclan con lo cotidiano, y lo que parece noticia para otros para uno tiene la familiaridad de la cara de una persona querida.
Algo así me ha pasado en los últimos años con Perro Real y Fauna Querida, dos proyectos de la socióloga de profesión y diseñadora de oficio Melina Zukernik (amiga de la casa que, además, ha convocado a Juani como modelo de Perro Real en diversas ocasiones). Ambas marcas buscan comunicar conceptos de empatía animal a través de productos de diseño: la primera, llevando atención al universo de los perros sin hogar; la segunda, creando un acercamiento menos agresivo al veganismo.
Recientemente llegaron a Tienda Tita, pequeño local barrial en Jorge Newbery y Roseti que comparten con el taller de muñecos de trapo Maminas y la marca de ropa para chicos Primera Huella. La salida a la calle y la pronta salida de Buenos Aires Guau: Lugares Dog Friendly finalmente pareció una buena oportunidad para ponernos al día con el resto del mundo online y hablar de diseño para la consciencia animal con una de las personas más sensibles que conozco.
BA Inspiration: Tenés una conexión muy emocional con los animales, especialmente con los perros. ¿Cuál es el primer recuerdo que tenés de esa empatía?
Melina Zukernik (MZ): Creo que todo empezó en mi abuela, ella se crió en un Entre Ríos pseudo-rural y su relación con los animales era más cercana y cotidiana que la que uno puede tener creciendo en la ciudad. De muy chica me contaba historias sobre animales, lindas y feas, y creo que la primera semilla estuvo ahí.
Cuando tenía seis años me regalaron a mi primer perro, Pupli, y descubrí que los perros sienten amor, alegría, temor, vergüenza, enojo, se hacen los interesantes, de todo. Y más tarde mis padres compraron un terreno en un barrio de quintas y me encontré con los perros sin hogar, alimentados por la gente que iba el fin de semana a descansar. El camino por la ruta fue donde más ejercité el músculo de la empatía: estaba lleno de perros en pésimo estado, y me peleaba con mi familia porque no querían parar.
En 2007 me enteré de algo horrible: un imbécil que se hacía llamar artista hizo una instalación en una bienal. Ató un perro a una cuerda de un metro y lo dejó morir de sed y hambre en vivo. Nadie lo rescató; tanto la sala como la bienal lo avalaron. Eso disparó en mí una flecha que nunca se va a ir, pensé que la humanidad no valía nada, y me amargó por años, literalmente.
Todo eso sembró en mí la idea de hacer algo. Tuve que esperar a cumplir 27 para empezar a pensar cómo iba a hacer mi aporte a este tema del trato a los animales, y en agosto de 2011 lancé Perro Real al universo.
BAI: Sos socióloga pero tenés un gran vínculo con el diseño, ¿cómo se formó?
MZ: Podríamos decir que siempre me gustó ‘lo lindo’ y siempre me interesó cómo es que la gente se forma una idea de algo y actúa en base a eso. Estudié sociología, cine, dirección de arte publicitaria y desarrollo local. En los ámbitos académicos me percibían como una persona medio banal, que disfrutaba de las ‘pavadas coloridas’ que el mercado tenía para ofrecer; y en los ámbitos creativos parecía la nerd que hablaba con terminología de ciencias sociales.
Mi primer trabajo relevante fue en una ONG que buscaba transmitir valores humanos por los medios de comunicación, y mejorar su impacto en la vida de las personas. Trabajábamos bajo el lema ‘Hagamos atractivo lo valioso’, había que crear mensajes positivos para la audiencia y yo le ponía énfasis al diseño de las piezas. Amaba ese trabajo, sentía que había encontrado mi misión en el mundo. Creo que ahí me dí el gusto de probarme que a través de los bello y atractivo se pueden elaborar mensajes sólidos que tiendan a cambiar conductas (ahí me salió la socióloga). De ahí en adelante, todo lo que hice ya cruzaba contenidos sociales y diseño.
BAI: ¿Y por qué el diseño de producto como vehículo para ayudar a los animales?
MZ: Había pensado en campañas audiovisuales para sensibilizar sobre el buen trato hacia los animales y la adopción de perros, pero me desmotivó no poder medir los resultados. Iba a saber cuánta gente había visto un video, pero no si eso derivaría en un cambio verdadero.
Quise algo más tangible. Decidí que le iba a donar fondos a una ONG que rescatara perros y que fuera profesional en su forma de hacerlo. Me parecía más fácil vender diseño y recaudar fondos, que vender cambios de conducta. Pero mi diablito sociológico vino por mi hombro izquierdo y me pidió que no desaprovechara la oportunidad de vender mensajes de sensibilización cuando vendiera los productos… Entonces, desde el principio los productos vienen con una tarjeta que agradece al ilustrador que donó la estampa y que lleva mensajes sobre adopción de perros sin raza.
Muchas personas me hacían chistes de cuándo iba a sacar Gato Real, Caballo Real, Pavo Real Real… Así que surgió la idea de hacer Fauna Querida, una marca para hablar del resto de los animales, y sensibilizar en torno a eso. Los productos son mensajes en sí mismos, pero también aprovechamos las redes sociales para decir lo que tenemos para decir.
BAI: Si Perro Real es una propuesta para ayudar a perros sin hogar a través del diseño, ¿cómo describirías la de Fauna Querida?
MZ: La versión oficial es que Fauna promueve una relación amable con los animales a través del desarrollo colaborativo de productos de diseño. En forma más sencilla, la propuesta es “llevate unos almohadones con estampas de animales que te sirvan de recordatorio de que no estás sólo en el mundo. Los animales también son terrícolas y tienen derecho a ser felices igual que vos”.
“Cuando uno quiere hacer algo bueno por otros, siempre se encuentra con recursos inimaginables”
BAI: ¿De qué logros en materia de difusión de los mensajes o de participación con las causas estás más orgullosa?
MZ: Desde que empecé, por lo menos 20 personas u organizaciones me pidieron ayuda para arrancar con proyectos de sensibilización y de recaudación de fondos para algo solidario. Creo que lo más importante es el despertar en otros la idea de ayudar, de la manera que sea, desde lo que a cada uno le movilice.
Me escriben mucho cuando encuentran un perro y no saben a dónde llevarlo. La realidad es que no hay a dónde llevarlos, la opción más feliz es complicarse la vida un tiempito y buscarle un hogar. Trato de entender el estado emocional de la persona y darle fuerzas, suena estrambótico pero a veces unas palabras de apoyo hacen la diferencia entre que dejen al perro en la calle o se sumerjan en la aventura de buscarle familia. Muchos me agradecen sólo el haber respondido y algunos lograron encontrar hogar.
Me encanta ver que cuando uno quiere hacer algo bueno por otros, siempre se encuentra con recursos inimaginables. Ya seis ilustradores donaron el diseño de colecciones, y no son sencillas. Así que aprovecho y les agradezco a Marina Haller, Leandro Castelao, Bosque Estudio, Bamba Mink, Vero Escalante, GADE, Spacehippie y Vale Montero.
Muchas veces organizaciones de ayuda animal me pidieron que les diera una mano para hacer productos como los de Fauna y Perro, me hace sentir que valió la pena arrancar por este camino.
BAI: ¿Por qué decidiste hacer (junto a Isabel de Estrada) Buenos Aires Guau?
MZ: Queríamos hacer un libro que le diera impulso a la tendencia de integrar a nuestros amigos los perros en la vida urbana. Es una selección de lugares para comer, visitar, ir de compras y hasta para hacer actividades recreativas y culturales junto a los cuatro patas, por diferentes barrios de la ciudad.
La vida con perros hace que nos volvamos a relacionar con los vecinos, porque siempre son buena excusa para charlar. Eso diluye el anonimato y nos hace mejores personas, porque los demás dejan de ser “la gente” y empiezan a ser conocidos con los que podemos tener buena onda y empatizar. Creemos que el libro va a servir de puntapié para la creación de bienes y servicios especializados para los perros en los lugares que antes eran sólo para las personas, y esto es una oportunidad no sólo para incluirlos sino también para el emprendedorismo.
BAI: ¿Planes a corto, mediano y largo plazo?
MZ: A largo plazo, me encantaría tener un campito con animales rescatados, de todo tipo y color, que pueda ser un lugar vacacional, y que la estadía sustente el mantenimiento. Todo con la impronta estética de las marcas. Ojalá mucha más gente tenga esta misma idea y la lleve a cabo, así más animales son felices. Y ojalá esto lo lea un inversor amante de la fauna así le cuento en detalle (risas). En ese caso, mi teléfono es 15497… 😉
Tienda Tita queda en Jorge Newbery 3742 (y Roseti), Chacarita, CABA. Lun a Vie de 10 a 14 y de 16 a 20, Sáb de 10 a 14.
Links
PerroReal.com
Fbk/PerroReal
FaunaQuerida.com
Fbk/FaunaQuerida