Imágenes ©Félix Busso y Babún Feroz.
El nombre del fotógrafo Félix Busso solía evocar bicicletas en la mente por su vínculo con Masa Crítica Buenos Aires y, más tarde, con el grupo Biciconga. Pero el foco de su producción personal se ha vuelto últimamente menos rider y más intimista, algo que se pudo ver en la muestra que hizo junto a la diseñadora e ilustradora Babún Feroz en La Fábrica hace algunas semanas.
En el texto de presentación, Félix describe los veranos de su niñez al final de los ’80s y comienzos de los ’90s, que pueden o no parecerse a los de los que crecimos en esa época, pero que evocan imágenes familiares para cualquiera: cosas como el “aire mezclado con mar” o el “perfume a bronceador”.
Hacia el final, el texto describe un cambio interior que no necesariamente está emparejado a las estaciones pero que es metafóricamente paralelo: el fotógrafo cuenta cómo pasó de caminar noches oscuras sumergiéndose en la angustia como motor de producción a descubrir el gusto de los días coloridos sin tanto Nick Cave, un paso del atarse al invierno a disfrutar del verano, obviamente provocado por la relación con Babún y su creación conjunta.
Tomo estos dos pedacitos de la presentación porque creo que hablan bien de Mar del Plata me gusta: con sus fotos pasando en un reproductor de diapositivas con música cursi de fondo, la muestra pareció tanto un viaje al pasado como un momento de alegría presente, la fusión de dos historias con una ciudad común.
O quizás esta es mi interpretación personal, porque La Feliz tiene para mí algo de esa combinación de sentimientos. Fui con mi padre y hermanos de niña y con mi familia completa de adolescente, pero la conocí y la quise gracias a las visitas fuera de temporada con mi co-protagonista, y lo que veo en ella ahora es una mezcla de sus historias y las mías.
De cualquier manera, creo que las imágenes son un buen vehículo para embarcarse a pensar en los veranos, tanto los estacionales como los que se sienten adentro.
Mar del Plata me gusta, por Félix Busso y Babún Feroz, fue una instalación con diapositivas color en proyector analógico frente a un set de sillas de mimbre, con música de los ’80s, que se llevó a cabo en el marco de la exposición Documentos de verano del Taller Luz y Fuerza.