Los días en el Pacífico


Recorrido por Lima. Fotos
Fotos ©BA Inspiration

“I’m not writing it down to remember it later, I’m writing it down to remember it now.”

Leí esa frase hace tiempo en el sitio de Field Notes y me había quedado en un costado del cerebro sin saber dónde ponerla o qué hacer con ella hasta una noche de invierno, algunos días atrás, en una casa prestada del sur del conurbano.

Estaba escuchando bocinas perdidas de la avenida y tratando de entender por qué daba tantas vueltas para escribir un post sobre un gran viaje que terminó, entender para qué había sacado cientos de fotos y anotado concienzudamente reflexiones urbanísticas o culturales en el celular (a veces tan importantes como para cruzar la calle mirando la pantalla), si cada vez que trataba de elaborar algo con ellas prefería lavar los platos.

Y es que el problema con escribir no para recordarlo más tarde, sino para para recordarlo en el momento, es que las notas y las fotos que no se llegan a elaborar rápido se vuelven tan insoportables como la última moda de hace media década.

Fue contradictorio el proceso, porque Lima fue lo opuesto a la nostalgia: con el Pacífico acariciándole los talones y llenando las calles de una niebla que recuerda a Mar del Plata, me pareció una de las ciudades más hermosas y amables que he conocido, justo por debajo de Río de Janeiro en la lista de urbes latinas en las cuales vivir.

Unos días curan cualquier tartamudeo, así que tres meses después de haber empezado este post finalmente lo suelto. Acá van notas y fotos de un recorrido por la capital del Perú.

 

Miraflores

Es parte del conurbano hacia el sur, pero concentra gran parte de las actividades culturales y comerciales modernas.

Uno de los puntos que más usufructuamos de la zona fue la sandwichería La Lucha, cuyo mensaje tiene un guiño popular algo manufacturado pero simpático.

Gracias a Adriana del Foro de Moda Ética conocí a Susan Wagner, joven diseñadora peruana artífice de Geográfica Boutique: una tienda que reúne su trabajo incorporando tradiciones artesanales peruanas y reciclaje de botellas PET con el de otros diseñadores jóvenes de indumentaria y accesorios.

Al lado se encuentra Puna, una tienda/galería en la que varias piezas de cerámica me hicieron mirar dos veces y de cerca.

Esta zona concluye hacia el Pacífico sobre un acantilado de vistas vaporosas con rocas que dan licencia a conexiones románticas con el oeste salvaje.

En este contexto no empalaga encontrarse con un ‘Parque del amor’, completo con escultura de amantes y frases sobre paredes de azulejos brillantes.

Barranco

Siguiendo por la costa al sureste se encuentra el más bohemio Barranco, de casonas antiguas convertidas a tiendas de objetos o galerías de arte.

Por allí está el Museo de Arte Contemporáneo de Lima, que incluye una tienda en colaboración con la galería de arte y espacio cultural Del Barrio. Entre productos e imágenes me gustó el trabajo de Cherman Kino Ganoza.

También Dédalo, una tienda laberíntica que como mamushkas encierra dentro otras mini tiendas de diseñadores o colectivos artesanales. Al momento de mi visita una exposición presentaba espacios para el té de una Alicia botánica.

Suelo desconfiar de todo proyecto que tenga una MEGA figura detrás, pero la exquisitez de la Asociación Mario Testino se burla de cualquier desdén. Tuvimos la suerte de ver la exposición Alta Moda, en la que Testino fotografió a cholas de Cusco con trajes tradicionales de diferentes pueblos de la zona preservados por la Asociación Filigranas Peruanas.

Puede sonar a caricatura, pero la sensación que tuve al recorrer la muestra fue lo contrario. Mucho del carácter de estas fotos viene de los lienzos que aportaron escenario a las mismas, originales que usaba el fotógrafo indígena peruano Martín Chambi, que Testino tomó prestados de su nieto.

Centro

Los centros históricos de las ciudades latinoamericanas suelen ser similares, y el de Lima no difiere mucho de los bares notables, vitrales y museos à la francesa. Aunque la categoría de bar notable no es garantía de calidad, el Bar Cordano honra sus cien años con suculentos platos y piscos.

Otro de los recomendables dentro de la oferta pública es el Museo de Arte de Lima (MALI), ubicado en el Palacio de la Exposición que alojó a la “Gran Muestra de Artes, Ciencias e Industrias”, montada para festejar los 50 años de la independencia de Perú.

No sé si les tendré un cariño especial porque mi primer trabajo fue en Ferias & Congresos, pero  encuentro románticas a las viejas grandes exposiciones. En momentos en los que las novedades llegaban a través de personas, estos eventos simbolizaban el progreso del hombre cuando ese progreso era puro optimismo. La pomposidad del edificio del MALI y sus suntuosos jardines sin duda reflejan ese estado de ánimo.

Según el sitio del museo, la fabricación de las columnas de fierro importadas de Europa es atribuida a la casa Eiffel.

Optimista o ingenuo es el Parque de la Reserva, que hace menos de una década incorporó un ambicioso ‘Circuito mágico del agua’: 13 fuentes tecnológicas y hasta interactivas que combinan agua, música y luces. Para el Guinness “El complejo de fuentes más grande del mundo en un parque público”.

Digo optimista o ingenuo porque desde el parque mismo se señala que Lima no deja de ser una zona desértica que lucha con su provisión de agua potable. Con un poco de escepticismo se puede hablar de ironía, pero caminando por los senderos no cuesta tanto creer que realmente sirva para crear consciencia sobre la belleza e importancia del agua.

Instalación en el Parque de la Reserva de Lima. Foto

Circuito del agua en el Parque de la Reserva de Lima. Foto

Las Totoritas

Lima se convirtió en un compartir inesperado y especial cuando caímos -gracias a Airbnb- en la casa de Mary: la señora de 78 años más adorable y joven que haya conocido. Gracias a ellas conocimos Las Totoritas, un balneario privado frente a una playa de cuya arena salían rocas negras y rojizas, donde compartimos un almuerzo de plátanos y papas huayro.

El vacío de las casas y las señas de verano en los umbrales dieron a la tarde una tranquilidad especial.

 

La primera vez en mi vida que iba a conocer Lima perdí un avión y terminé pasándola de largo por el tiempo apretado de ese viaje. La segunda no le tuve la confianza que merecía. Ahora estoy casi segura de que habrá tercera.

 

Links
La Lucha
Geográfica Boutique
Puna
Museo de Arte Contemporáneo de Lima
Tienda del MAC
Del Barrio
Dédalo
Bar Cordano
Asociación Mario Testino
Museo de Arte de Lima (MALI)
Parque de la Reserva


5 responses to “Los días en el Pacífico”

  1. Excelente Pau! Re lindo contado, dan ganas de sumarse a tus viajes… Qué bueno que te gustó Lima, yo estuve solo dos días por laburo y vi poco y nada. Una amiga mía con la que compartí estadía acá en Rio, vivió allá dos años y me habló de lo triste que se pone todo por la escasez de sol y que por eso la gente tiende a sumar colores en la ropa y en las casas… lo notaste? Por tus fotos veo que algo de sol había… Me alegro que sigas privilegiando Rio jajaja, para mi “a cidade maravilhosa” está cada día más maravillosa jajajaj! Abrazo y congrats! Adorei!!!!!!!!!!!!!!!

  2. Gracias Ceci! Tuvimos suerte porque los días que estuvimos fueron soleados, no me pareció triste, al contrario con A comentamos cuánta energía positiva había entre las personas. Creo igual que las impresiones de las ciudades son un conjunto de factores.. clima, humor, hospedaje y gente con la que uno comparte pueden cambiar la idea que uno se lleva.

    Ahora, en Río ya estuve varias veces en diferentes situaciones y sigue siendo perfecta… Algún día viviré allá unos meses! 🙂

    Gracias por leer!!

  3. que buen post, me encanta conosco muy bien los lugares que visitastes es muy lindo y dejame decirte que se come muy rico alla, es la mejor comida del mundo para mi no hay de otra..

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