Andrés Sobrino en el Centro Cultural Recoleta, Entrevista


Foto de la exposicion de Andres Sobrino en el Centro Cultural Recoleta.

La primera vez que vi una obra y leí algo de lo que hacía Andrés Sobrino fue en una revista ahora inexistente llamada Urban Connection, que publicaba la marca de cigarrillos Lucky Strike alrededor de 2001 o 2002. Desde aquel momento, es uno de los artistas que más identifico con la época que me tocó vivir.

Quizá sea porque su trabajo es muy distintivo y reconocible aún para una persona que no sepa demasiado de arte, y por ello tengo la sensación de haberlo cruzado en exposiciones, publicaciones y conversaciones. O quizá porque pertenece a una generación relacionada al barrio de Palermo, a la galería Braga Menéndez, a ese mundillo pintado de blanco tan típico de la after-crisis argentina.

Cualquiera sea la razón, siempre me interesó su obra, aunque supongo que nunca la entendí en toda su complejidad. Es que las rayas y planos de color que componen sus cuadros son a primera vista muy simples, pero con un poco de contexto sumamente provocadores.

Foto de la exposicion de Andres Sobrino en el Centro Cultural Recoleta.

Describe su obra Florencia Braga Menéndez:

“Sobrino toma la abstracción geométrica para hacer otra cosa con ella, la usa de soporte de una operación poético conceptual, de una operación de transformación y redireccionamiento del flujo semántico”.

María Gaínza escribió en una nota de Página 12 hace algunos años:

“Sobrino habla de vomitar lo que le sale, comentario que frente a una obra de tal rigor geométrico nos sobresalta […]. Es que las categorías de Sobrino siempre se embarran, sugieren sistemas y teorías donde no las hay, básicamente porque al artista no le interesan. Y es mediante su privada antiexpresividad, allí donde algo termina expresándose […]”.

Foto de la exposicion de Andres Sobrino en el Centro Cultural Recoleta.

Finalmente, Sobrino describe su obra como ‘silencio vibrante’ y ésta es quizá la definición más interesante sobre sus cuadros. Una definición que sobresalta la contradicción entre lo explícito y escondido de los colores.

Con el objetivo de preguntarle dónde está, qué reflexión hace de lo que pasó y hacia dónde va su trabajo, contacté a Sobrino para una entrevista. Sus respuestas suman a las apreciaciones anteriores y dan más background y contexto para visitar la muestra individual sobre su producción de los últimos años (obviamente, sin título) que se realiza hasta el 1 de marzo en el Centro Cultural Recoleta.

BA Inspiration (BAI): ¿De qué se trata tu exposición en el Centro Cultural Recoleta?
Andrés Sobrino (AS): La muestra es una especie de recorrido sobre mi trabajo de los últimos años, pero no es una retrospectiva (básicamente, porque la mayoría de las obras son recientes). Es una muestra del lugar desde donde decidí mirar la abstracción, la geometría y el color, es una suerte de homenaje a los precursores de la abstracción geométrica y una puesta del recorrido que elegí seguir como continuador del legado.

BAI: ¿Cómo creés que evolucionó tu obra desde tus primeras exposiciones en 2000 hasta ahora?, ¿cuál es tu búsqueda en este momento y en qué cambió desde que empezaste a dedicarte al arte?
AS: La obra cambió no sólo por su propia evolución, sino porque el entorno cambia y la visión sobre el arte cambia. Pero sí, al margen de los aspectos filosóficos del arte, siento que mi trabajo fue haciéndose un camino sobre estos cambios y los nuevos discursos que surgen desde el arte. Es desafiante el hecho de que la abstracción geométrica se reinvente, se redefina justo en el momento en el que, se sabe, todo está hecho. Y es ahí donde, considero, me toca ser protagonista.

Con respecto a lo específico de la pregunta, en realidad prefiero hablar más en terminos de cambio que de evolución, quizá porque desconozco la dirección en la que va todo esto. En cuanto al sentido o contenido de mi trabajo, se han sumado muchos elementos: desde los constructivos y formales hasta los espirituales y racionales. Hoy puedo sentir que hay un cuerpo de obra que creció en todos sus aspecto, que late y ruge. Siento su aliento en la nuca.

Foto de la exposicion de Andres Sobrino en el Centro Cultural Recoleta.

BAI: En una entrevista describiste a tu obra como “silencio vibrante”. ¿Por qué?, ¿es consciente la idea de crear ‘silencios’?, ¿por qué la elección del color para hacerlo?
AS: Bueno, eso es casi una contradicción en sí, y son esas mismas contradicciones las que crean nuevos principios. Pero seguramente hablaba de cierto equilibrio que está siempre a punto de romperse, tranquiliza por su estabilidad e inquieta al mismo tiempo. En este sentido, los silencios se encuentran en lucha con el color, que quiere salirse del plano, vibra, y el mismo silencio lucha también contra la estructura y la forma que sostienen los elementos constructivos de la obra.

No creo que todo esto sea consciente, es más bien intuitivo, y el color en realidad es un elemento más porque lo uso de la manera más simple, como viene de la lata, como todas las operaciones que confluyen en mi trabajo, con el mínimo de alteraciones. Mecánica simple.

BAI: Fuiste parte de un grupo de artistas que tuvieron bastante reconocimiento desde la crisis, varios nucleados en Braga Menéndez y otras galerías. ¿Te sentís parte de una ‘generación’ con señas particulares?, en ese caso, ¿cuáles serían esas señas?
AS: Es un poco difícil verse uno mismo en perspectiva y como parte de una generación, creo que aún esa posible generación se está definiendo. Pero sí me siento muy cercano a un grupo de artistas que he visto crecer, a pesar de los contextos y las sucesivas crisis, a quienes admiro, respeto y sigo muy de cerca. Señas particulares: una especial capacidad de supervivencia, el tiempo dirá qué más.

Foto de la exposicion de Andres Sobrino en el Centro Cultural Recoleta.

BAI: Durante los últimos años surgieron numerosas galerías y el arte contemporáneo argentino se expandió bastante, ¿cómo ves el escenario de Buenos Aires en este momento?, ¿cuáles te parecen las propuestas y nombres más interesantes?
AS: Buenos Aires es un escenario propicio y está para mucho más, solo nos faltan las políticas adecuadas y ser más federales, nos está faltando más roce cultural con el adentro y el afuera. Creo que es un buen momento para las artes, pero hoy prefiero pensar más en términos de escenario, de situación en la que están dispuestas las cosas, que en las propuestas y los nombres en particular. Hay mucho para ver, pero quisiera ser testigo del momento en el que todo lo que se está gestando salga de una vez por todas.

BAI: ¿Vivís en Buenos Aires?, ¿cuál es tu parte favorita de la Ciudad y por qué?
AS: Ya son 22 años en Buenos Aires, de los 41 que tengo y que me vieron nacer en Tucumán. Tengo mi corazón en Palermo, pero la ciudad me gusta: las calles, las paredes, los cables, los verdes, los barrios…

Foto de la exposicion de Andres Sobrino en el Centro Cultural Recoleta.

Andrés Sobrino en el Centro Cultural Recoleta (Junín 1930, Recoleta). Del 4 de febrero al 1 de marzo. Horario: Lunes a viernes de 14 a 21, sábados, domingos y feriados de 10 a 21. Entrada libre y gratuita.

Links:
Andrés Sobrino
Sobrino en el Centro Cultural Recoleta
Sobrino en Galería Braga Menéndez
Sobrino habla sobre una de sus influencias, Blinky Palermo


7 responses to “Andrés Sobrino en el Centro Cultural Recoleta, Entrevista”

  1. cuál sería la originalidad de la obra de Sobrino? El arte geométrico no es novedad y a mí este pintor no me aporta nada que no haya visto antes.
    ah, bueno, no imaginaba que había que mentir. muy lamentable este sitio

    • Machris, nadie está diciendo que Sobrino haya inventado el arte geométrico, simplemente a la autora de este sitio le interesa su obra a nivel personal. No soy crítica de arte ni tengo educación formal sobre el tema, es más bien un blog de opiniones personales y cosas que me gustan. Saludos

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