Un vivero con sustrato


Entrada del vivero orgánico Sonyando. Foto
Fotos ©BA Inspiration

Una invitación a un recital metalero de Carga Pesada, una discusión sobre lo cuestionable de la medicina moderna, una visita a un invernadero doméstico habitado por un panal de abejas y el intercambio de anécdotas que involucran al cantante pop Axel son algunas de las situaciones que pueden vivirse visitando el inusual vivero orgánico Sonyando, situado en una simpática casa en la frontera entre Villa Pueyrredón y Devoto.

Desde su participación en la primera edición del festival sustentable, Sonia Pérez se ha convertido en figura obligada de cualquier evento “eco” que incluya una sección de huerta orgánica. Formada como Técnica en Floricultura, asegura haber ‘desaprendido’ todo lo que le enseñaron en la educación tradicional para volcarse a trabajar con plantas en su estado natural y sin la ayuda de químicos artificiales.

Su vivero -que fundó con Fernando Cerra Ortiz, su pareja- es tanto una tienda para adoptar amigas vegetales como un laboratorio en el que Sonia prueba todo tipo de actividades y colaboraciones; desde notas sobre cultivo orgánico para la revista THC hasta videos instructivos producidos en conjunto con Brote Films.

He compartido tiempo con ella en contadas oportunidades, pero en todas noté algo que me produce admiración: Sonia comparte su conocimiento abiertamente todo el tiempo sin pedir demasiado a cambio.

Si un extraño de la calle entra ofreciendo macetas, le pregunta por el revestimiento interno, informándole que puede ser tóxico para las plantas; y rebota justificaciones a malas prácticas con un “Que todo el mundo lo haga no quiere decir que esté bien”. Además de ofrecer respuestas sin protocolo, da clases gratuitas de huerta orgánica frecuentemente en Sonyando.

La renovada y creciente fascinación de las personas con las plantas en esta década ha hecho que tener un vivero se convierta en el actual ‘sueño del pibe’. Pero aproximarse a éstos con actitud demasiado corporativa da como resultado engendros algo transgénicos. Quizá lo más valioso de Sonyando es que es todo lo contrario a eso.

El diez de septiembre cumplió ocho años, justo a tiempo para la llegada de la primavera. Aunque el frío no se decide a dejar Buenos Aires, es tiempo de empezar a armar las huertas orgánicas en macetas. Pueden visitarlo en Ladines 3611 o en eventos como Buenos Aires Market.

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Sonyando.com.ar
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